jueves, 8 de agosto de 2013

Que nunca me leíste, que te dieron igual mis porqués. Que nunca me dejaste empaparme bajo la lluvia ni me enseñaste algo que me dejara con la boca abierta. Que no querías compartir amaneceres conmigo. Que a mi me gusta hacer el amor toda la noche y dormir por la mañana. Y me encanta ver museos aunque no me entere de nada. Y adoro discutir y arreglarlo dándole mil vueltas, que hay conversaciones que tienen que durar para siempre. No me abrazaste lo suficiente y esa no era mi postura favorita para dormir.

Y soy imbécil, porque me echarás de menos una vez por cada veinte que lo haré yo.
Cuando me desenrede volveré a aparecer, de momento sigue habiendo nudos que se van a romper con tu perfecta felicidad.