Tengo la necesidad imperiosa de conocer y entender el mundo que me rodea, desde todas las perspectivas posibles. Y parece que mi cerebro se pone a ello a partir de las 10 de la noche, y no para hasta que se da cuenta de que, al día siguiente, tiene que conocer y entender el cuerpo en el que habitamos, con todas sus patologías posibles.
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