viernes, 16 de septiembre de 2011

Para todo lo demás

Su ropa empieza a oler diferente y el "aquí" y "allí" se confunden.
Ya no vuelve a casa, ahora es el piso.
No hay una cama debajo, y ya el salón no es suyo.
Puede tener la luz de la habitación encendida, pero no hay de todo siempre en la nevera.
Su número empieza por 93

Parece que pegó el estirón.
No es la misma, pero es la primera vez que es ella.
Dice que ahora puede ser quien quiera ser.

Y yo, ya con toda la calma del mundo, me lo creo.

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